lunes, 2 de marzo de 2020



Todos los días enfrentamos decisiones que afectan nuestra vida. 
Desde lo más grande hasta lo más pequeño vamos conformando una guía para el Universo, la cual le indica hacia donde queremos ir y él nos lleva hasta ahí.

Cuando decidimos, nunca podemos dimensionar hasta donde llegarán las consecuencias de nuestros actos, no tenemos la panorámica del envento, sin embargo eso no debe ser impedimento para hacerlo, porque siempre es preciso tomar un rumbo para seguir adelante. No tenemos opción, la vida es eso una cadena de eventos interminables que no podemos ignorar, es inevitable.

Es preciso tomarnos un momento del día en el que estemos con nosotros mismos, en soledad y en silencio con Dios para auto-observarnos y tomar medidas de cómo manejaremos tal o cual situación y, lo mejor es dejar de enfocarnos en el problema en sí para abrir la mente encontrando nuevas direcciones. 
"Abrir la mente", escuchamos esa frase a menudo y no siempre sabemos qué significa. Pensemos entonces en un desván. Una mente cerrada es como un desván con viejas y polvorientas ideas herencia de nuestros padres, familia, amigos y hasta desconocidos que en algún momento aceptamos dándoles un valioso espacio en nuestra mente; a decir verdad  ese desván es nuestro subconsciente, que hemos olvidado pero que sigue activo.
¿Cómo? Cada idea que tenemos sin revisar en nuestra mente es una creencia que se manifiesta en nuestra realidad.
Es necesario abrir ese desván cada día para conservar lo que nos funciona, modificarlo o desecharlo si no es lo que queremos en absoluto.

Entonces, ¿Qué es abrir la mente? ES ABRIRLE UN CAUCE PARA QUE SE CONECTE CON NUESTRO CORAZÓN: quien lo sabe todo, lo que es para tu bien y lo que no. Si en esos momentos de soledad y silencio abres dicho cauce, TE ESTARÁS ENFOCANDO EN LAS SOLUCIONES, mismas que habitan ahí y no en el problema, porque la visión que el corazón tiene es panorámica pero éste se comunica contigo de la forma más sencilla: si es el camino que debes de seguir, te sentirás bien, si no es tu camino te sentirás mal. Entonces debes mantener las cosas simples y, debes pensar y sentir al mismo tiempo cuando estés enfocándote en soluciones, porque si lo hacemos en desequilibrio, es decir, si sólo usamos la mente sin meter el corazón, no tenemos los ojos de este ni su sentir para saber si lo que decidimos es para nuestro mayor bien, sobre todo si partimos del punto donde la mayor parte de nuestra mente está poblada con ideas ajenas que, por lo regular traen caminos que nos hacen padecer.
 
Neale Donald Walsh, menciona algo en su libro "Conversaciones con Dios" que te puede hacer sentido si decides empezar a dirigirte de esta manera. 
Él nos habla acerca de tres Yo: el Yo del pasado, el Yo del presente y el Yo del futuro; con respecto al último, nos dice que cuando sentimos una corazonada acerca de no hacer algo, en este caso, una opresión en el pecho, es nuestro Yo del futuro que nos está avisando para que no tomemos ese camino PORQUE ÉL YA LO VIVIÓ Y SUPO QUE NO ERA BUENO. Es su forma de avisarte, de manera sencilla pero potente y sutil, que no camines ese sendero. Por otra parte cuando sientes paz o entusiasmo, es para decirte que vas bien, que continúes por ahí.
 
Si practicamos esto con frecuencia, notaremos esas señales de manera más clara y, podemos hacerlo sin miedo porque a fin de cuentas, ese Yo que nos alerta, no es otro más que Dios quien vive en nuestro corazón y sabe todos los caminos, incluso antes de que tú los hayas pensado.

Para serte de más ayuda, cada que lo necesites decreta lo siguiente:
"Si esto es para mi mayor bien, que venga. Si no lo es, que no venga".
 
Abre tu mente, abre su cauce al corazón y ve las cosas desde las infinitas soluciones que te brinda y no desde los problemas que están fabricados en tu mente.
 
Confía en tí.
 
Debra Oropeza

miércoles, 22 de enero de 2020

"Cuando esperas el momento adecuado para actuar, éste nunca llega por sí solo..."



No hay nada más poderoso en el mundo que decir: AHORA; hacer algo AHORA y Ser AHORA.

¿Lo has notado, lo has palpado, lo has vivido?

Es un sentimiento imperioso que lo llena todo de entusiasmo: el aire que respiras, la sangre que corre por tu cuerpo, las ideas que llegan a tu mente y no dejan de fluir, la felicidad que embriaga tu corazón haciéndote sonreír y saberte Uno con el Todo: un puente que une lo infinito con lo finito, la idea con la manifestación.

Es sólo en ese tiempo que ocurren los milagros. El valor se mete en el cuerpo y la gente se aparta del camino para dejarte pasar, para ayudarte a llegar o, en su caso, para ser un obstáculo cuando necesitas un empujón y apoyarte a decidir si eso por lo que tanto estás luchando es lo que realmente quieres.

Cuando dices AHORA, empiezan a moverse todos los engranajes que darán vida a tu sueño, LO REALIZARÁN.

Pasas a la Acción y la velocidad aumenta hasta hacer definitivo el deseo, si el mismo no encuentra nada en su camino, la manifestación será inevitable, de lo contrario, tropezará con la duda, la incertidumbre y la energía que se había creado se desperdigará.

¿Cuántas veces decidiste "AHORA es el momento"?

Piensa cómo fue el proceso, el resultado y podrás notar que, aunque hubo obstáculos, te sentías satisfecho y pleno al hacer tuyo cada paso, al decubrir lo que el camino te deparó. Y si tu persistencia te llevo a culminar el proceso, conociste entonces el punto más álgido de un Sueño; nada se compara a eso porque es tocar el cielo con las manos.

Sabiendo esto, tienes que pensar, ¿cuántas veces le ha puesto el freno al AHORA?

¿Cuántas veces has dicho "mañana lo hago" y fuiste enterrando la intención con esas palabras? 
Enterraste cada propósito, cada deseo, cada parte de ese rompecabezas que  te lleva a  entender por qué era tan importante que pulieras esa pieza, la moldearas con amor y la ensamblaras con todas las demás mismas que, a su vez, son sueños realizados de otros humanos, tejiendo en sí mismos el Universo en el AHORA ante tus ojos y en tu interior.

Piensa, ¿realmente quieres seguir dejando vacío ese espacio  que te corresponde en el rompecabezas universal? 
De una vez te digo que no vale la pena...Hazlo AHORA, porque en este momento hay vida en ti, mañana no lo puedes saber.

Debra Oropeza